Mercado aéreo venezolano: Un boom frustrado

Millones de migrantes nostálgicos visitaron en avión el país durante los dos últimos años. El mercado aéreo venezolano ha venido en declive, aquí te contamos el por qué.

Mercado aéreo venezolano: Un boom frustrado

Los vuelos en Venezuela cada vez son más inaccesibles. ¿Por qué? Foto: Pexels.

En la batea de un soleado patio, Laura Pinto lava su ropa. Sus manos se detienen un momento, para comprobar con sus ojos que el ruido que escucha es el de un avión. Sonríe al verlo, lo persigue con la vista, mientras suspira y piensa: Quiero viajar. Ese deseo de Laura es compartido por miles de venezolanos que sueñan con reconectar con su país, pero la realidad del mercado aéreo venezolano los despierta. Y aunque la crisis hizo que los cielos venezolanos se vaciasen, las cifras recientes muestran que este mercado es como un gigante dormido que desea despertar.

Este año, Laura ha visto a tres de sus más entrañables amigas. Todas viven en el extranjero, abandonaron el país, una a una, cansadas de lidiar con la crisis económica y social. La migración fue, ciertamente, un hecho progresivo. Esos casi 8 millones de venezolanos que ya no están en el país, fueron saliendo por oleadas, sin embargo, muchos de los que se quedaron, sintieron que las ciudades se habían quedado solas de súbito. Hasta el cielo se había enmudecido, en 2020 ya casi no se veían aviones comerciales, aunque la disminución de viajeros por razones turísticas empezó a caer desde 2012.

“Venezuela era un mercado fantástico, muy importante, pero después ocurrieron varios problemas como la imposibilidad de repatriar los fondos. Esto trajo como consecuencia que muchas empresas no pudieran seguir operando y muchas se fueron(…) Los recursos suman 3.500 millones de dólares que las aerolíneas extranjeras no han podido enviar a sus empresas filiales desde el estricto control de cambio que se instauró en Venezuela entre 2003 y 2018”, dijo hace un año Willie Walsh, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) a Tal Cual Digital”.

Sin embargo, en 2024 los aviones empezaron a escucharse como antes: uno tras otro. Más allá de una percepción romántica, las cifras lo confirman: En el primer semestre de 2024 Venezuela recibió 1.097.595 viajeros internacionales. Tres veces más que en el primer semestre de 2023, cuando se registraron 306.989 llegadas, según datos oficiales de mediados de julio.

Antes de las elecciones presidenciales, hubo un repunte importante en el mercado aéreo de Venezuela, se trataba de un mercado dormido que retomó sus vuelos con fuerza. Esta es una recuperación jalonada, en gran medida, por la nostalgia que empuja a los migrantes venezolanos, que se fueron de su casa sin ganas de irse.

Impulso jalonado por la nostalgia

A casi siete mil kilómetros de los sueños de Laura, está Francisco Vega. Sentado en un café de Madrid mira las fotos que se tomó en febrero de 2024 con su familia.

“Somos millones afuera. Todos amamos el recuerdo de lo que fue nuestra Venezuela y muchos no podemos experimentar el ir y ver lo que es ahora. Yo pude vivirlo y me he ido como “el hombre que se divorcia estando aún profundamente enamorado”(…) Es una especie de duelo perenne. Ha sido ver a mi país, a mi ciudad, en todo el esplendor de su belleza, en el calor, irreverencia y resiliencia de su gente. Ha sido también vivirla en sus horas duras de indigna penumbra, que las hay y las seguirá habiendo’, escribió emocionado después de visitar a su familia.

Mercado aéreo venezolano

El gráfico anterior nos muestra el repunte progresivo que se registró en Venezuela hasta antes del 28 de julio. Fuente: IATA.

“No sé qué va a pasar con Venezuela en sí, pero me parece que vamos a volver a operar todos un mercado que ha sido un gran ausente en la región, probablemente el único mercado grande que ha estado lejos en los últimos años”, dijo Roberto Alvo, CEO de Latam Airlines en el ALTA Leaders Forum 2023.

La incertidumbre persiste en cada rincón del país, y esta no se limita a las historias personales como la de Francisco. Los desafíos que enfrenta el mercado aéreo venezolano son un reflejo directo de las políticas del gobierno, las cuales han impactado severamente el panorama general.

Días después de las cuestionadas elecciones en el país caribeño, Nicolás Maduro prohibió los vuelos desde y hacia Panamá, República Dominicana y Perú. Inmediatamente, los inconvenientes comenzaron a surgir, tras una medida arbitraria que ha perjudicado a muchos. Los pasajeros de Copa Airlines, una de las aerolíneas que había permanecido en Venezuela, tuvieron que ajustarse a las alternativas que responsablemente ha ofrecido la empresa, que, a su vez fortaleció la ruta Cúcuta -Panamá como alternativa a la tensa situación.

Iberia, Air Europa y Plus Ultra también deben ajustarse a exigencias especiales por parte del gobierno de Maduro que está exigiendo a las aerolíneas que operan vuelos desde Madrid (Iberia,) que remitan el listado de viajeros al cierre de su comercialización. Busca con ello saber con antelación los nombres de las personas que se disponen a viajar al país.

En medio de la tensión, el precio de los pasajes se ha triplicado. Por ejemplo, un vuelo Caracas- Bogotá, que costaba entre 200 y 500 USD ahora cuesta 800 USD aproximadamente. Precio al que se debe sumar un impuesto de 60 USD para salir de Venezuela.

Este ambiente adverso y lleno de incertidumbre, parece frustrar brutalmente el boom que experimentaba el mercado aéreo venezolano.

Las desventajas del autoritarismo frente al enfoque ESG

Aunque las aerolíneas se adaptan una y otra vez a las políticas de este país, es claro que el control estricto que el gobierno ha impuesto es un reflejo de un enfoque de gobernanza cada vez más autoritario. Al exigir a las aerolíneas que remitan con antelación las listas de viajeros, el gobierno busca un mayor control sobre quién entra al país, especialmente en un momento de tensión política como la actual.

Estas medidas no solo generan incertidumbre para las aerolíneas y los pasajeros, sino que también afectan la conectividad de Venezuela con el mundo, limitando el desarrollo económico y social en un país que ya enfrenta desafíos significativos. La imposición de barreras adicionales para ingresar al país podría dificultar la reunificación familiar, un factor que ha impulsado el reciente aumento en el tráfico aéreo. En lugar de facilitar la entrada de quienes buscan reconectar con sus seres queridos, estas restricciones agravan las divisiones sociales causadas por años de migración masiva.

Desde una perspectiva ambiental, la falta de estabilidad y claridad en las políticas puede frenar los esfuerzos para implementar prácticas sostenibles en el sector aéreo. Las aerolíneas, preocupadas por adaptarse a cambios regulatorios inesperados, podrían verse obligadas a priorizar la supervivencia a corto plazo sobre las inversiones en tecnologías más limpias.

En resumen, el futuro del mercado aéreo venezolano no depende solo de la demanda de pasajeros, sino también de un cambio en la gobernanza que promueva la transparencia, la estabilidad y el desarrollo sostenible. Solo con un enfoque más equilibrado en los aspectos sociales, ambientales y de gobernanza, Venezuela podrá despejar las nubes de incertidumbre que aún cubren su cielo.